"La criosfera comprende todas las partes congeladas del planeta Tierra. El 90% de estos hielos se encuentra en la Antártida y al mismo tiempo constituye el mayor archivo planetario y la mayor amenaza para los asentamientos costeros del globo, puestos en peligro por el aumento del nivel de los océanos debido a los cambios climáticos de origen antrópico. La disolución de los hielos antárticos elevaría el nivel de los mares sesenta metros, dando lugar a la mayor migración jamás vivida por la humanidad.
Estos mismos hielos configuran el mayor archivo planetario. Se trata de una cápsula del tiempo que permite a los científicos dibujar la historia climática de nuestro planeta y afirmar que nunca, en los últimos ochocientos mil años, durante las glaciaciones y los interglaciares, los niveles de CO2 han alcanzado la cifra actual de 422 ppm.
El barómetro por excelencia del cambio climático es, pues, el sondeo del núcleo del hielo mediante perforación: se extrae un cilindro de hielo estratificado de las profundidades de los casquetes glaciares de nuestro planeta. Dicho cilindro contiene a un tiempo la información necesaria para proponer políticas medioambientales inaplazables y la materia que puede llevarnos a la desaparición.
Estos cilindros de hielo, de este modo, se convierten en elementos que nos invitan a la acción. Son objetos que arrojan luz sobre la importancia de la Antártida, acerca de la necesidad de implementar una gobernanza equitativa y unas políticas de difusión de los datos en pro del patrimonio común de la humanidad, así como de la urgencia de contribuir a la descarbonización.
Abandonando su forma helada, el cilindro de Criosfera está constituido por una estratificación conformada por un cilindro de vidrio reciclado soplado, un núcleo óptico remachado que se inspira en la naturaleza refractiva de la superficie congelada de la meseta antártica para maximizar la difusión de la luz, y por un núcleo interior de diodos emisores de luz que recuerdan la estratificación del hielo polar.
Los dispositivos científicos utilizados en el continente antártico para extraer y analizar las muestras del núcleo del hielo conforman el diseño de un conjunto independiente de dispositivos sobre los que Criosfera se puede colocar para habitar el espacio como objeto autónomo y evocativo.
Los marcadores grabados en los dispositivos indican los niveles de CO2 correspondientes a cada sección del núcleo de hielo. Los datos preindustriales grabado en la base de los cilindros se han mantenido en la norma en los últimos ochocientos mil años, mientras que los datos de CO2 registrados en los hielos del período postindustrial, grabados en color naranja, reflejan el estado de inestabilidad planetaria y de desigualdad inducida por el clima de origen antrópico. La elevada cifra, sin precedentes, del CO2 registrado en 2024, de 422 ppm, representa un ultimátum: la humanidad debe mantener la temperatura global por debajo de los 1,5 grados Celsius establecidos por el Acuerdo de París y así salvaguardar la vida de las especies en la Tierra.
Criosfera no es "tan solo" una luz: es un manifiesto de nuestro tiempo, un manifiesto lleno de optimismo, que nos anima a defender, individual y colectivamente, la justicia intergeneracional.
Encendamos las luces. Ha llegado el momento de actuar."